miércoles, 20 de agosto de 2014

“Democracia”… la apropiación de las palabras.



Democracia proviene del griego, y se construyó a partir de "demos", lo que se puede traducir como "pueblo", y "krátos", lo que puede significar "gobierno"
No se critica su significado etimológico, solo su inexistencia práctica, su utilización dentro del discurso hegemónico, mismo que llega hasta las instituciones educativas en todos los niveles. Por consiguiente, la crítica es a la democracia como derecho jurídico-político y no como una construcción que se da solo con la participación directa en las decisiones individuales y colectivas; es decir, como una forma de ver y pensar el mundo cotidiano, una cosmovisión.
La democracia como concepto parece haberse perdido y deformado a través de los siglos, o al menos eso es lo que parece;  desaparece junto con la involución del lenguaje, aquello que se deconstruye invariablemente y que toma formas insospechadas, poco inteligibles a las masas desposeídas de la más mínima estructura lingüística.
Esta, en plena decadencia y desarticulada de manera ingeniosa se ha vuelto al redil que le dio vida, las clases más privilegiadas, aquellas con los recursos y alcances suficientes para la manipulación de la palabra, reduciendo su importancia a solo un emblema encerrado en un discurso demagógico.
La democracia nunca ha llegado a la conciencia de la mayoría, ni siquiera en su surgimiento. En la antigua Grecia los filósofos aristocráticos tuvieron en mente a la “totalidad”, y esta estaba compuesta de aquellos que merecían –según el orden establecido- llamarse ciudadanos de la polis, los cuales eran pocos. La mayoría no tenía voz para decidir sobre sus propias vidas individuales y colectivas,  alrededor del 75 % eran esclavos, trabajadores, mujeres y extranjeros, los cuales quedaban fuera de este ejercicio social; y así nació la democracia, la cual nunca llego a la verdadera práctica cotidiana de sus principios fundamentales.
La democracia –como se dijo anteriormente- se ha transformado dándole un sentido extra, un calificativo según la intención, ha cambiado de manera servil las necesidades e intereses coyunturales de una sociedad jerarquizada. El concepto en solitario parecía limitado aun y cuando en su interior denotaba lo necesario para sobrevivir, se dividió en diferentes formas dependiendo de sus prácticas.
Actualmente, estas son las que se llevan de manera más común en los diferentes estados-nación: democracia representativa o indirecta y democracia participativa.  Una más limitadas que la otra, la única semejanza es que son una construcción unidireccional y exclusivista, la cual sufre de una endogamia política por que invalida la posibilidad del afuera, nada hay más allá, solo el que está dentro es parte del juego político y social.
El concepto se ha universalizado a tal grado que elimina cualquier alternativa, así la democracia se presenta como inamovible dentro del sistema simbólico, y por lo tanto el principio de igualdad inherente queda rebasado.
Para destituirlo de este sistema simbólico se debe dar la razón al hecho de que a pesar de sus cambios determinados por aspectos históricos, sociales y económicos de fondo, su carácter es inalterable y solo hay una confrontación por su significado y representación.
En la época moderna, la democracia se muestra como el símbolo institucional que encarnada en la democracia liberal parlamentaria (democracia representativa) y  acorde con el sistema capitalista es parte importantísima del engranaje económico.
Por supuesto esta versión de la democracia no tiene nada que ver con su etimología ya que no es inherente a la totalidad -incluyendo a los grupos antagónicos-,   tampoco con una búsqueda igualitaria en el aspecto material que otorgue mayor libertad de movimiento en asuntos de la comunidad.
Más bien, acrecienta la  visión individualista -con este individualismo me refiero a la búsqueda egoísta del goce privado- perdiendo el interés por la forma, inclinando la balanza hacia el sujeto, al demócrata. Este tiende a ser apolítico y reniega ante cualquier forma que lo lleve a considerar algo referente a lo “común”; llegando en su punto álgido con el arribo de la modernidad, muy lejana esta, de una democracia más pura como sería una democracia directa.
Actualmente hablar de la soberanía tanto individual como colectiva parecería risible, pero es importante tocar el tema, dado que lo que interesa es ese discurso populista y engañoso de la democracia de Estado como representación de las elites.
Es por eso que se tocara un tema aparentemente inadmisible e impensable como es la critica ya degastada de la existencia del Estado-nación, sobre todo en una era global donde poco a poco desaparecen las barreras que separan la libertad de acción del Estado gracias a la perdida de la soberanía nacional sustituida por una lógica económica que convierte al planeta en bloques económicos.
Sin embargo, los Estados siguen existiendo como brazos administrativos de estos bloques, la crítica a la democracia actual se cimienta con los principios y valores de la democracia, los cuales son contradictorios con la terminología de Estado democrático, ya que este está basado en la fuerza, la autoridad, la explotación, la desigualdad.
Como anteriormente se había comentado el estado responde a una lógica económica que permea al individuo hasta las prácticas diarias de forma irracional para convertirlo en objeto de consumo y es así que la democracia aparece como valor de libertad, una libertad de elección de determinados productos de consumo o servicios, satisfaciendo la parte privada del sujeto.
Esta forma funciona únicamente bajo la forma de representación parlamentaria a través del Estado como órgano administrativo y regulador poniendo por encima los intereses de la cúpula en el poder.
En palabras de Mijaíl Bakunin:
“la producción capitalista y la especulación bancaria se llevan muy bien con la llamada democracia representativa; porque esta forma moderna de Estado, basada sobre una supuesta voluntad legislativa del pueblo, supuestamente expresada por los representantes populares en asambleas supuestamente populares, unifica así las dos condiciones necesarias para la prosperidad de la economía capitalista: centralización estatal y sometimiento efectivo del soberano –el pueblo- a la minoría que teóricamente lo representa pero que prácticamente le gobierna en lo intelectual e invariablemente le explota”
Como podemos ver la democracia lanzada desde lo más alto solo sirve para eliminar las alternativas de una sociedad que pudiera ser más igualitaria en términos positivos. Los de abajo, la mayoría, no necesitan de una democracia que fomente la inmovilidad o mejor dicho la movilidad esporádica que dicta el derecho ciudadano, no necesita representantes, tal vez delegados, la democracia debería ser una forma cotidiana de decidir en los aspectos esa cotidianidad.
Los individuos deben actuar, ya no como sujetos, sino como actores de cambio, crear sus propios dispositivos que logren un desarrollo pleno de la democracia y que esta no se quede como un concepto utópico y dado por otros, sino construido en base a una praxis del “nosotros” que sea introducido en las conciencias y en el lenguaje común.
Por supuesto que no hay mejor lugar para fomentarla que los espacios de socialización, esos lugares donde adquirimos y transformamos los modos de pensar, sentir y actuar en relación con nosotros mismos, con otros y con la colectividad.
Esos espacios son aquellos donde se aprende y se transforman los valores y las visiones de la vida; de acuerdo como funcionan esos espacios funciona la sociedad misma y esos espacios no son otros que la familia, la calle o el barrio, el grupo de amigos, las organizaciones comunitarias y todo lo que se llama “escuela” en términos técnicos no institucionales.



martes, 19 de agosto de 2014

Por una Guerra Social en todos los frentes.


Las reformas neoliberales en México, aplicadas en muchas partes del mundo bajo los auspicios del FMI, OMC y BM, son reestructuraciones en el contrato mediador entre las elites y las clases subalternas –nueva leyes, reformas a la constitución, nuevas formas reguladas de explotación, etc. -.
Se intenta dar una nueva vuelta de tuerca que legitime la dominación con un pacto reformado para garantizar un modo de gobernar y gestionar la crisis en un entorno globalizado y multipolar. La finalidad es asegurar las ganancias y la acumulación de riquezas, sin importar desposeer y contribuir a la precarización de la existencia de millones, ni tampoco empujarnos a un inminente colapso ambiental.
Esto debe ocupar a los libertarios de todas las tendencias, debe hacernos cuestionarnos sobre qué es lo que sucede, incluso poner en entre dicho si nuestros métodos organizativos y formas de intervención en la luchas son suficientes para provocar una transformación, o si por el contrario, estos no se convierten en instrumentos de la política de los de arriba.
De antemano debemos establecer que siendo nuestra finalidad anárquica y antiautoritaria, contra el estado y por las autonomías, hemos de plantear la organización e intervención en estos términos; es decir, autogestionar las luchas y respetar la autonomía de cada grupo, a sabiendas de que esta es la mejor defensa de nuestra propia autonomía.   
Comprendiendo que el régimen social capitalista no es el mismo de hace cien años, que en esta etapa post-industrial y globalizada este se organiza en red y se descentraliza cada vez más; debemos transformar las formas y las ocasiones de organizarnos, aceptar que luchamos en desigualdad de condiciones y que incluso vamos perdiendo.
Si el capital multinacional es hegemónico y deja la función policiaca y militarista a los gobiernos nacionales y la manipulación mental a los medios de comunicación masivos e internacionalizados; además, si el Estado-capital solo se reestructura reproduciéndose en el espacio, entonces las redes de dominación atraviesan toda la vida social y nuestras relaciones.
Por consecuencia, emergen una cantidad de nuevos conflictos y por ende nuevas formas de encararlos; luego entonces, debemos abrir todos los frentes necesarios que exige esta guerra social. La transformación de las relaciones como resultado de procesos sociales flexibles, difusos y fugaces exige realizar cambios en la forma de organización e intervención. Esto nos orilla a buscar la fluidez e informalidad que den pie a situaciones solidarias y autogestivas como modo de atacar y transmutar la cotidianidad.
Las distintas tendencias revolucionarias tienen mucho que aportar a una práctica consecuente que dé pie a organizar la solidaridad de las clases subalternas y al mismo tiempo a desencadenar el antagonismo en pos de provocar una liquidación de este sistema ya decrepito. La aclaración y experimentación teórica y práctica es responsabilidad de cada uno de los nodos revolucionarios, así como la difusión y profundización de la lucha y la localización de rupturas posibles.
No podemos hacer más, otro tanto les corresponde a las multitudes que se embarcan en su momento a la lucha reivindicativa, es difícil en estos momentos de incertidumbre enlazar las grandes problemáticas con los efectos locales que producen el poder y la dominación. Por lo tanto, las posibilidades revolucionarias de quienes comparten principios elaborados radica en realizar ensayos autonómicos en el aquí y en el ahora, pero además en buscar una ruptura y profundizarla.
No puede ser de otra manera, no se trata de caer en romanticismos de quienes son los pacíficos y quienes los violentos, quienes sociales y quienes antisociales; se trata de encarar de manera estratégica y logística una verdadera guerra social, esto no es un juego académico donde los egos se ven dañados por emitir pobres argumentos; esto se funda en vidas que ya están siendo engullidas por millares en los engranajes del sistema.
Por lo mismo requiere de toda nuestra inteligencia, nuestro instinto y nuestra sensibilidad, utilizando todas las herramientas a nuestra disposición legadas por siglos de lucha revolucionaria. Se trata de realizar una apuesta por recorrer el camino de la lucha permanente, se trata de no perder el espíritu combativo o el instinto refractario sin el cual todo revolucionario terminaría en el reformismo y la legalidad.
Talvez un juego donde poder tejer una red especifica de afinidades revolucionarias donde los nodos actúen como vectores dentro de las luchas reivindicativas, pero a su vez donde estos nodos acepten la retroalimentación del movimiento social autónomo tratando de empujar siempre hacia la conflictividad.
Esta  apuesta requiere de principios mínimos que vinculen y coordinen la operación de estos nodos, pero sin que las partes pierdan su propia autonomía, principalmente en lo que se refiere a la capacidad para establecer su propia táctica de lucha, ya sea legal o ilegal.
Lo ideal para esto sería el secreto, si, como ética y estética; pero ya que algunos están poco preparados para la prudencia, esto será una opción de cada quien y de aquellos a quienes elijan entre sus afinidades. Como sea, en la guerra siempre hay movimientos audaces y torpes, siempre hay guerreros y bocones, pero esto no debe ser nunca motivo para que nuestro movimiento camine hacia la centralización. Al contrario, reivindicamos la autonomía táctica para todos y cada uno de los grupos, y la horizontalidad total para agilizar nuestras comunicaciones, dejando de lado cualquier tentativa de perder el tiempo en comisiones o comités especiales.
Si esto es una guerra habrá que pelearla o huir, ninguna de las dos opciones es menos honorable que la otra. Si has decidido quedarte entonces mentalízate que esta será una guerra hasta el final y que en las guerras hay bandos que difícilmente son reconciliables.


lunes, 18 de agosto de 2014

FEMINISMO SOU SOY QUEER


Feminismo es la liberación de la mujer. Para fines prácticos es eso; ni más ni menos que la liberación de la mujer. Feminismo no es hembrismo, no es menosprecio ni aberración hacia el hombre, feminismo no es prioridad a la mujer, no es supremacía de la mujer, FEMINISMO ES LIBERACIÓN DE LA MUJER.
En el feminismo como en cualquier otro movimiento hay una gran diversidad de pensamientos e interpretaciones, desde las incautas despistadas que creen que “liberación de la mujer” es la concesión de derechos ante la ley y la autoridad, reconocimiento del sistema patriarcal para ellas o por la valoración de los machos a  “sus roles de género” y hasta las que creen que “liberación de la mujer” significa menosprecio y aberración hacia el hombre. Las anarquistas sabemos que no es ni lo uno, ni lo otro, feminismo es ni más, ni menos de lo que significa “liberación de la mujer “, su liberación de la ley, su liberación de la autoridad, liberación de la explotación  y no podría ser de otra forma que una lucha frontal contra el patriarcado, el machismo y las tradiciones sexistas y misóginas.
Es por ello que no entiendo libertarios, anarquistas y hasta mujeres dudosos o desconfiadas de declararse feministas, si el objetivo del anarquista, libertario y de la mujer es la libertad total tendremos que dar una lucha desde los matices propios de cada sistema de dominación que se ha construido por el capitalismo.  Resulta incongruente que el anarquista y la mujer no encuentren la liberación de la mujer tan importante como la emancipación social, incongruente sería un(a) anarquista que comprenda la importancia de la liberación animal y no lo imprescindible  de la liberación de la mujer, o la importancia de la defensa de  los ecosistemas naturales y no entender la relevancia de la defensa de la mujer como parte de nuestro ecosistema.
Puedo entender que la mujer y el anarquista no sean feministas solamente si no se han dado cuenta de la injusticia, explotación y violencia sistematizada que se ejerce contra la mujer por el mismo hecho de ser mujer, que peligroso seria para la mujer y el anarquista no darse cuenta por que serían, sin oponer objeción  parte de  ese sistema de dominación.  La otra seria que la mujer o el anarquista desconociera que feminismo es liberación de la mujer.
Explotados, víctimas de violencia e injusticia somos todos y todas del pueblo, por ello citando a Asto Pituak, feminista debe ser el pueblo, como anticapitalista la obrera.
Pero  las feministas todas se les escapo que en cuanto a esa violencia y discriminación de género y sexo somos de nuevo victimas todas y todos, el sistema de dominación se extiende al cuerpo, al sexo y a la identidad de todas y todos, y en ese luchar por la liberación de la mujer ¿dónde quedan los hombres femeninos? ¿Los hombres que lloran? ¿Los de cuerpo delicado?, ¿dónde quedan las mujeres trans, lesbianas y machorras?
Luchando por la liberación de la mujer no solo tendremos que luchar contra la explotación, la injusticia y la violencia, sino contra todo acto de imposición, contra toda brutalidad cometida para dominar el cuerpo, el sexo y la identidad de todas y todos, por ello en esta guerra absurda de ellos contra ellas lo mejor será destruir el género.

MUERTE AL PATRIARCADO
LIBERACION TOTAL DE TODAS Y TODOS