"...el suceso de una fiesta, la
embriaguez de la comunidad, el secreto de la
pérdida de la personalidad entre la multitud,
de la unio mystica de la alegría".
HERMANN HESSE, El Lobo Estepario.
1. Las organizaciones formales con
su normatividad, estructura burocrática, tiempos y procedimientos responden al
lapso histórico de la modernidad. Este lapso histórico de superproducción y
especulación bancaria, dio pie necesariamente a la centralización política y
económica como dispositivo que permitió administrar la disciplina de millones
de personas dentro de múltiples aparatos con distintas características. Las
federaciones anarquistas, partidos social-demócratas, comunistas, sindicatos y
otros organismos creados para la revolución no escapan de este proceso; con sus
tiempos, sus congresos, comisiones, y demás órganos terminan por delegar en un
cuadro administrativo la misión de hacer prevalecer las ordenanzas generales y
estatuidas. Del mismo modo que el estado moderno con su aparato gubernamental
intenta representar la sociedad dentro de su territorio, las organizaciones
proletarias al luchar contra la dispersión de la clase pretenden convertirse en
representantes "verdaderas y únicas" de los trabajadores.
2. El despliegue socio-histórico del
capitalismo como régimen social determina su reestructuración post- industrial
y globalizada. Advienen con ello las nuevas tecnologías, la automatización, la
desindustrialización, la precariedad laboral, la desocupación, la pérdida de
identidad y disolución del proletariado, la reducción de costos, el colapso
ambiental, la homogenización cultural y una mentalidad consumista, apática y
conforme. Un nuevo orden mundial hegemónico con un poder descentrado y en red
asiste a los funerales del estado-nación, transitando éste a un nuevo tipo de
soberanía Imperial donde el capital multinacional es ley, sin que esto suceda
aún en definitiva.
3. En nuestro país existen todavía
bastiones de la vieja soberanía, aunque cada vez más nos insertamos en una lógica
supranacional irreversible. Las modificaciones militares contenidas en el ASPAN
y el Plan México dan cuenta de ello. En lo económico la inserción a la OMC
(antes GATT) fue la puerta que nos colocó en dicha lógica, mientras que las distintas
privatizaciones, reformas constitucionales, la creciente desregulación
financiera, los recortes a la inversión pública y la perdida de los derechos
sociales transforman la composición gubernamental cediendo su soberanía
territorial frente a un gobierno de alcance mundial. Ante esto parte de la
resistencia se bate en lucha aun con los viejos métodos organizativos surgidos
de una etapa histórica anterior, reproduciendo en su seno jerarquías, el culto
a la personalidad, cerrándose a la discusión y traficando cuotas de poder
dentro del sistema. Como resultado, las
organizaciones quedando dentro del espectro de poder buscan asegurar la eficaz
administración de su capital político manteniendo su funcionamiento mediante
estructuras monolíticas, mediatizadas, pesadas y portadoras de viejos
discursos, convirtiéndose deliberadamente algunas, otras involuntariamente, en
instrumentos de la política burguesa. Lo anterior cierra toda posibilidad de
ruptura y por lo tanto de variaciones dentro de la vida cotidiana.
4. La transformación de las
relaciones sociales como resultado de los procesos ya mencionados obligan a realizar
cambios en los cuerpos revolucionarios. Frente a relaciones flexibles, difusas
y fugaces la organización revolucionaria fluye y facilita encuentros informales
que fomentan una ruptura con las relaciones de dominación existentes y
consolidan nuestros deseos. Lo anterior implica la creación de situaciones
solidarias y autogestivas como modo de atacar y transmutar la cotidianidad. La
organización informal al estar en movimiento constante e inacabado y al
facilitar relaciones cara a cara permite una mayor adaptabilidad a las
fluctuaciones del conflicto, así como una serie de relaciones de complicidad y
diversidad en las formas de comunicación, desencadenando con esto las
afinidades y/o divergencias propias de una comunidad viva y dinámica.
5. Las afinidades agrupadas se
convierten en núcleos para actividades concretas de solidaridad, para la
creación de situaciones de autogestión cotidiana o para el conflicto. Núcleos constituyéndose
y reconstituyéndose constantemente devienen en una multiplicidad de relaciones
que diseminadas en un territorio y debidamente comunicadas se establecen como
nodos de una vasta red para la acción revolucionaria. Esto aplica en un período
de la lucha tanto para anarquistas como para no anarquistas, la finalidad no es
reivindicar ficciones ideológicas sino posibilidades prácticas, la finalidad no
es levantar una bandera sino incendiarla. En su caso las individualidades no
anárquicas experimentan la autonomía y autogestión a través de acciones
auto-organizadas que suelen conducir a la búsqueda de nuevos saberes y
prácticas liberadoras. Por otro lado, la labor de aquellos que comparten
principios teóricos elaborados radica, además del ensayo autonómico, en la
aclaración teórica y práctica, en el análisis, difusión y profundización de la
lucha, así como en la localización de rupturas posibles, sin que esto sea
privativo sino más bien complementario y extensivo al movimiento social
autónomo.
6. Consecuentemente la flexibilidad
en las relaciones trae una movilidad nomádica, creativa, placentera y festiva
que necesariamente nos encamina al viaje en todo sentido, al desarraigo local y
a la búsqueda de más afinidades en la totalidad del espacio y en los intersticios
donde ya se desarrollan proyectos autonómicos. El vagabundeo se convierte así
en táctica precisa para una guerra social dislocada, brinda fluidez al tráfico
de la información y es profundamente adaptable frente a la diferencia.
7. La represión, mediatización y
recuperación sistémica de la lucha, así como el conformismo de esta sociedad
nos orilla a experimentar nuevas modalidades que provoquen y aprovechen
fracturas dentro del mapa de la explotación y la dominación. Si la norma en las
relaciones sociales existentes significa reproducir el status quo, la creación
de situaciones fuera del mismo implican nuestros deseos de autonomía. La
búsqueda y experimentación dentro de zonas no reglamentadas por el
estado-capital necesariamente será el resultado de nuestra movilidad y
flexibilidad, mientras la desaparición y el secreto como dispositivo de libre
elección de afinidades se vuelven una opción frente a cualquier sistema de
control y disciplina.
8. Desaparecer o desertar quiere
decir rechazar y huir del sistema de control que intenta en lo posible
constituirnos como sujetos de una estructura inevitable, en esclavos
voluntarios de cuerpo y mente para posibilitar la reproducción social de esta
tragicomedia global. La circulación en un territorio casi clausurado para la
resistencia se vuelve condición necesaria para nuestro deseo inmediatista de
vivir la utopía. La metáfora de la separación de las aguas del mar rojo irrumpe
como modo de explicar la huida del imperio, al mismo tiempo el éxodo revela la necesidad
de caminar y experimentar alternativas de rechazo y revolución cotidiana.
9. El secreto se vuelve así táctica
y estética para la movilidad y protección de nuestras utopías, pero a la vez
nos ofrece la invisibilidad para aparecer y desparecer del escenario a
voluntad. Huir rumbo al anonimato nos permite aparecer en el momento oportuno y
dotarnos de cualidades y recursos necesarios para el éxtasis de la lucha. El
acto de aparecer y desaparecer deriva en un eterno retorno en la experiencia
combativa de la resistencia. Si las condiciones actuales de esta guerra social
imposibilitan el enfrentamiento directo, nuestra lucha se convierte por lo
mismo en una guerrilla discontinua y difusa de ataques en todo sentido al
sistema y sus relaciones sociales. Aparecer y actuar a discreción es minar los
cimientos ideológicos y a la vez evidenciar el simulacro espectacular de la
normalidad democrática y la falsa paz social. El sabotaje se convierte entonces
en uno de los lapsos destructivos de la lucha pero no en el único, la creación
de nuevas relaciones sociales complementa la rueda de nuestro largo devenir
revolucionario. En la experimentación de nuevos mundos en el dañado cascaron
del viejo, la práctica autogestiva en el aquí y en el ahora nos permite tomar
conciencia de lo que implica la autonomía y nos prepara para el autogobierno
necesario en toda comuna emergente.
Protesta multitudinarias en Brasil 2014. |
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