Para quien ha decidido pasar de la palabra al
accionar insurreccional y llevar éste a todos los ámbitos de la vida donde sea
necesario le es prioritario el entrar en continuas reflexiones y así
replantearse una, otra y otra vez sus pensamientos, herramientas y estrategias
de lucha. Esto para no caer en pasivas dinámicas que resultan estériles y
contra producentes a la hora del ataque.
De ahí nuestra necesidad de retomar temas
importantes que al no considerarlos como algo fijo debemos siempre poner a
debate y discusión.
De manera que a título personal y de manera
humilde me doy a la tarea de replantear lo que entiendo por la informalidad y
anarquismo insurreccionalista -de manera
breve- con la intención de que quienes se puedan sentir identificados puedan
contribuir y desde su lugar, darle mayor profundidad y debate. Así mismo, hacer
una pequeña critica para aquellas corrientes anárquicas que se han empeñado en
tratarnos como "piromaníacos sin ideas".
Alrededor del mundo se siguen generando
conflictos y tensiones por parte de compañerxs anarquistas en contra del
complejo aparato de dominación, lo cual no deja de llenarnos de inspiración a
quienes coincidimos con sus luchas, buscando así extender y generalizar el
conflicto a manera de ataque decidido y destructivo. El esfuerzo de lxs compas
que deciden poner en marcha sus proyectos basados en la coherencia de la
teoría-práctica y práctica-teoría (entendiendo que se complementan la una con
la otra) debe ser tomado en cuenta, no dejándolo en el olvido y poniéndolo a
debate y discusión de manera crítica-constructiva, buscando así aprender de
errores y aciertos para posteriormente pasar al campo de batalla: la guerra
social.
Esto deja claro que el enfrentamiento contra
todo poder y autoridad no es una idea de locos y chiflados, sino una real y
palpable forma de buscar de manera incisiva nuestra total y definitiva
libertad.
Hablamos de que la Anarquía no es para
nosotrxs una ideología (una lucha que se basa en ideas fijas que nos dictan
como actuar), sino una forma de concebir la vida y vivirla conforme a nuestras
tesis, análisis y críticas surgidas en la reflexión de las luchas que reflejan nuestra
realidad que siempre está en busca de nuevos métodos, estrategias y formas de
ataque; por eso nos reclamamos anarquismos insurreccionalistas y organizados en
una lógica informal.
Entendiendo el insurreccionalismo como una
acción que nace desde la individualidad, como la ruptura que cada quien lleva
consigo mismo, transformando el entorno que lo rodea, desde el núcleo familiar,
social y político, que muchas veces nos mantiene en esta cárcel/ sociedad de la
cual no es tan fácil salir. Así trascendemos al conflicto. Si algo da identidad
a la lucha insurreccionalista es precisamente el llevarla más allá de la
ilusión y la palabra, de tener la iniciativa en el conflicto de clases y romper
con la pasiva actitud de la resistencia para pasar al ataque, sin limitarse a
la espera de ser represaliados, para entonces tener justificación de atacar;
sino haciéndolo ya, aquí y ahora. El conflicto permanente, lo llevamos en
nuestro diario andar, en nuestras cabezas y corazones, siempre buscando
generalizarlo a los barrios, colonias, pueblos y más allá; para llegar a
organizarnos -mediante núcleos de base- junto a personas no anarquistas quienes
libran fuertes batallas, por ejemplo, para frenar proyectos gubernamentales que
pongan en peligro su bienestar y/o sus vidas. Es importante no situar la lucha
insurreccionalista en una estructura mínima de "organización
específica", pues va más allá de la clandestinidad, como anteriormente lo
expliqué.
Si bien, esta lucha no es nada nuevo, si se
ha ido renovando, podríamos citar antiguas luchas de campesinos e indígenas que
dignamente se sublevaron contra latifundistas y terratenientes, pero en otro
contexto histórico, así pues, veo como marco de referencia luchas pasadas mas
no como métodos a seguir.
Es necesario dejar de solo recordar pasados
combates olvidando que es en el aquí y ahora que debemos llevarlos a cabo.
Entiendo la informalidad de la estructura
organizativa del anarquismo insurreccionalistas como la relación más o
menos estable de personas, grupos o movimientos que se mantienen en un
constante acercamiento buscando profundizar el conocimiento adquirido en las
luchas, sin estructuras burocráticas ni delegación de responsabilidades y
rechazando posibles organigramas que den pie a relaciones de poder. Aquí entra
-digamos- la parte de la que los "insus" tanto hablamos y defendemos
que es el constante replanteamiento y reacomodamiento de las formas y métodos
empleados al llevar al campo de batalla el ataque destructivo.
La
informalidad es algo no estático y en constante reestructuración (nunca
olvidemos que "lo que estanca se pudre"), de lo contrario no sería
informal.
Son
los grupos de afinidad quienes inspirados en ésta forma organizativa se reúnen
por lo general en grupos pequeños, hermanados por un mutuo conocimiento
personal. También son importantes para generar afinidad el estudio y la crítica
de las problemáticas sociales, no sólo de luchas parciales, así como debates
llevados hasta lo más profundo para entender desde las raíces aquello que se
confronta; y sobre todo es el mismo sentido destructivo de todo lo existente lo
que nos hace sentir afinidad. Llegando así a la complicidad. No es lo mismo la
amistad que afinidad, aunque pueden ir de la mano o por separado, es decir, ser
afinidad sin ser amistad y viceversa.
Así estos grupos se fortalecen y saben con quienes se cuenta a la hora
de pasar a la práctica. Éstos pequeños grupos están destinados a desaparecer al
cumplir el objetivo con el cual fueron creados y surgiendo otros nuevos,
retomando lo dicho anteriormente "lo que se estanca, se pudre”. La unión
de diversos grupos de afinidad es también parte de ésta informal forma
organizativa.
Hasta
aquí, ésta ligera aportación, intentando, como ya lo dije, que se profundice-
Ahora
me ocupa el realizar una pequeña crítica para aquellos grupos, plataformas o
federaciones y a algunxs compas "insus", sobre un actuar que
considero merece poner atención y que no comparto. Si bien el anarquismo es
antagonista a toda forma de estructuras y relación de poder –lo que comúnmente
conocemos como "sistema de denominación"-, existe también dentro del
mismo movimiento diversas corrientes que desacreditan con tono viperino el
accionar de aquellos que van más allá de
la simple palabra y deciden salir de la monótona pasividad que por sí sola
lleva. Corrientes que se ensalzan "predicando" que las cosas deberían
de ser de tal o cual manera como grandes teóricos de café, así, sin más. Desde
hace tiempo he sentido cierta renuencia a aceptar dichas doctrinas anarquistas
donde apasionadamente se habla de "buscar" emanciparse de toda
imposición, formar relaciones de fraternidad y amor horizontal entre lxs
iguales casi partiendo de un idealismo cristiano que rece la consigna de
"erradicar la maldad del mundo", pero... ¡¡sin hacer nada más que reunirse
para hablar, hablar y seguir idealizando su perspectiva de una vida en
libertad!!, pero olvidándose o dejando
de lado que dicha vida está en manos de un poderoso enemigo al cual es
necesario atacar de manera permanente y destructiva.
Por
si solas las rabiosas e ingeniosas ideas –teorías no sirven de mucho-. Considero la propaganda
y contrainformación como algo importante, pero no cuando solo se utiliza para
mover a las masas; y sobre todo si ese "mover" lleva implícito el
esperar el "momento ideal" para lanzar la ofensiva, como quien espera
a su mesías, y en esta espera habrá que dedicarse al proselitismo para engrosar
sus filas y caer en posiciones cuantitativas.
Entonces,
al no coincidir con aquellxs que deciden poner en práxis el ataque directo, sin
espera de mediación del Estado y
Capital, deciden insolidariamente silenciar sus luchas y consecuencias, haciendo como que "aquí
no pasa nada" y siguiendo con sus pláticas y adoctrinamientos populosos
-como quien jala ovejas para su rebaño-.
Pienso que por medio de marchas, mítines, plantones
y pláticas del anarquismo, congresos, grandes y pomposos recitales de la
libertad -por si solos- no inmutarán ni mucho menos destruirán al enemigo que
dicen combatir.
Termino
este escrito, que si bien es cierto es sólo un montón de cosas que ya se han
dicho, son también cosas que de cerca he vivido y reflexionado, quedando a la
crítica y debate de quien lo crea conveniente.
Por
último, no quiero dejar pasar la ocasión de enviar un caluroso y fraterno
abrazo y toda mi solidaridad para lxs compas: Nikos Maziotes en prisión griega
y Pola Roupa en fuga, Mónica Caballero y Francisco Solar en España, Felicity
Ryder en fuga, Fredy, Juan y Marcelo en $hile, mucha fuerza compañera Tamara
Sol; Mario "Tripa" en fuga, Gian Luca Lacovaca y Adriano Antonacci en
Italia; Gabriel Pombo da Silva, y en México Mario González, Abraham, Fernando,
Fallon y Amelie.
A
todxs ellxs y todxs lxs que no estoy enterado, mi amor, rabia y solidaridad.
Irreductibles
y refractarixs por siempre, porque la lucha no es para conseguir privilegios ni
un cómodo futuro, sino que es una condición-acto en busca de destruir toda
forma de dominación; para así, resurgir de entre los escombros y, entonces ser
libres.
Carlos
López "Chivo"
Reclusorio
Oriente, México D.F.
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